Después de pasar el verano en Francia, la vuelta a Catalunya fue un poco desoladora, los bosques estaban muy secos tras meses sin llover. Pero finalmente llegaron las lluvias, y con ellas la explosión del otoño.
Las hojas caídas ya en el suelo recogen la humedad de la mañana.
Ya se ven pequeñas setas, musgos, y hasta las telarañas recogen gotas de agua.
Y con las temperaturas suaves que todavía tenemos, quién sabe, quizás en unos días podamos coger la cesta y salir a por setas....
totes les fotografies són molt boniques i flipants
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